Por qué Finlandia es el mejor país nórdico que visitar

Lo entendemos: al pensar en los países nórdicos y en Escandinavia, es posible que te vengan a la mente grupos de música pop suecos, los fiordos noruegos, los volcanes islandeses o los populares brunch de Copenhague. No nos ofendemos. A nosotros también nos encantan. Son nuestros vecinos y compartimos con ellos muchas cosas: un profundo respeto por la naturaleza, un estilo de diseño sencillo, mucha seguridad y un estilo de vida en el que priman la confianza, la igualdad y un carácter tranquilo y seguro de sí mismo.

¿Pero y Finlandia? Pues aportamos nuestro propio estilo. Un poco más salvaje, un poco más fuera de lo común e imposible de olvidar una vez que nos conoces. Veamos qué es lo que hace que Finlandia sea tan especial.

Reconozcámoslo: Finlandia es el país originario de las saunas. Incluso la palabra sauna es de origen finlandés. Aquí, la sauna no es un complemento del spa. Es una forma de vida. Y es algo que todo visitante debería probar al menos una vez, preferiblemente junto a un lago o el mar, sin prisas y con tiempo suficiente para refrescarse en el agua. Desde galardonadas saunas de diseño en Helsinki hasta tradicionales saunas de humo escondidas en el bosque, en Finlandia encontrarás saunas de todo tipo para probar. El relax está garantizado.

En Finlandia, las auroras boreales no son solo algo que se ve, sino algo que se vive de verdad. Desde finales de agosto hasta abril, la Laponia finlandesa se convierte en una de las regiones con mayor presencia de auroras boreales del mundo, siendo posible observarlas hasta 200 noches al año.

Pero lo que de verdad hace destacar a Finlandia es la gran cantidad de formas inolvidables de presenciarlas. Atraviesa un bosque nevado en un trineo tirado por huskies, con la aurora boreal brillando sobre los árboles. Persigue la aurora boreal en un safari en moto de nieve o disfruta del espectáculo en un silencio absoluto durante una excursión guiada con raquetas de nieve. ¿Te apetece algo más pausado? Acomódate en una cabaña con techo de cristal, sumérgete en un jacuzzi al aire libre o contempla cómo se transforma el cielo desde la comodidad de una acogedora cúpula o un lujoso alojamiento rural en plena naturaleza. En el norte de Finlandia hay mucho donde elegir.

La cocina nórdica es conocida por su elegancia y sencillez, pero la cultura gastronómica de Finlandia nos cuenta una historia ligeramente distinta. Aquí, la escasez ha obligado durante mucho tiempo a buscar soluciones ingeniosas. A diferencia de nuestros vecinos monárquicos, Finlandia no cuenta con siglos de tradiciones culinarias palaciegas en sus libros de historia. Lo que sí tenemos es ingenio, resiliencia y una relación profunda y respetuosa con la tierra. Recolectar en la naturaleza, hacer conservas, fermentar y aprovechar cada pedacito de lo que hay disponible: estas son las tradiciones finlandesas. Este legado se transmitió, se perfeccionó y ahora se ha reinventado gracias a una nueva generación de chefs que saben que muchas veces la creatividad nace de las limitaciones.

Hoy en día, Finlandia alberga un número creciente de restaurantes con estrellas Michelin, algunos de ellos entre los más septentrionales del mundo. Sin embargo, la gastronomía finlandesa no se trata solo de lujo. Se basa en la honestidad, la creatividad y la confianza para dejar que los ingredientes brillen por sí solos.
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En los países nórdicos, el diseño es una forma de vida. Pero en Finlandia es algo más: una filosofía arraigada en la funcionalidad, la honestidad y una profunda conexión con la naturaleza. Lo verás reflejado no solo en museos o salas de exposiciones, sino en la vida cotidiana. En la curva de una silla, la suavidad de un calcetín de lana o la cuidada distribución de una biblioteca pública, como la mundialmente famosa Oodi de Helsinki.

El diseño finlandés se caracteriza por el espacio, la sencillez y la luz. Nuestra arquitectura invita a la naturaleza a través de grandes ventanales, materiales naturales y una sensación de calma que parece intencional, nunca artificial. No es casualidad que los edificios de Alvar Aalto sigan pareciendo modernos, ni que los objetos cotidianos de marcas como Iittala, Artek y Marimekko sigan marcando tendencia en la estética mundial.

En Finlandia, la observación de la fauna silvestre es sinónimo de paciencia, respeto por la naturaleza y momentos que te hacen contener la respiración. Participa en una visita guiada y quizás tengas la suerte de ver un oso pardo emergiendo del bosque en el norte de la Región de los lagos. Pon rumbo al lago Saimaa, en el este del país, y con un poco de suerte y la ayuda de un buen guía, podrás avistar la escurridiza foca anillada del Saimaa, una de las más escasas del mundo.

Ya sean lobos, linces o renos en el norte, la fauna finlandesa es salvaje pero está bien protegida. Los guías locales saben cuándo ir, dónde mirar y cómo observar sin molestar. Es la naturaleza según sus propias reglas, y eso es lo realmente mágico.

Visita nuestra página de actividades y experiencias para ver excursiones sostenibles para observar animales en todo el país.

Hay pocas cosas en la vida que parezcan realmente surrealistas, pero el sol de medianoche es una de ellas. En verano, el sol no se pone durante semanas en la Laponia finlandesa, proyectando un resplandor dorado que baña bosques, colinas y lagos a horas en las que la mayor parte del mundo está durmiendo. Cuanto más al norte, más mágica es la experiencia. En las zonas más septentrionales de Finlandia, puedes disfrutar de luz diurna las 24 horas del día durante dos meses seguidos. Es un fenómeno que pocos lugares de la Tierra pueden ofrecer. Algo más cortas que en Laponia, pero no por ello menos mágicas, son las noches de verano en las grandes ciudades finlandesas, desde Helsinki hasta Tampere.

Si te apetece vivir un verano diferente, en el que la luz no se apaga y sin más prisas que no perderte el amanecer del día siguiente, esta es tu oportunidad.

Con 41 parques nacionales, más de 180.000 lagos e interminables senderos forestales, Finlandia es uno de los mejores países de Europa para hacer turismo de naturaleza. No necesitas un Jeep ni equipamiento especial para explorar la naturaleza finlandesa; basta con salir a la calle. La mayoría de las zonas al aire libre son accesibles para todo el mundo, y hay senderos señalizados para usuarios de sillas de ruedas y visitantes con niños pequeños.

Desde recorrer la región de los lagos en kayak hasta ir de isla en isla por el archipiélago o hacer senderismo para ver el otoño de Laponia, Finlandia te lo pone fácil para conectar con la naturaleza. Y por si necesitabas una razón más para respirar hondo: en la región de Pallas-Yllästunturi, en Laponia, se ha medido científicamente el aire más puro del mundo.

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